20 agosto, 2008

“Que me velen parao”


Con los ojos cerrados y la cabeza inclinada levemente hacia su izquierda, Ángel Pantoja Medina, conocido por sus amistades como “Pedro”, parecía descansar de pie en la esquina de su sala, en el apartamento 47 del residencial público Juan César Cordero, en Hato Rey.

Vecinos, familiares y amigos de otros complejos de vivienda pública lo visitaban, abarrotando el pequeño vestíbulo familiar.

Desde un radio en un apartamento cercano, Rubén Blades cantaba triste sobre la pérdida de un ser querido.

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